EL ORGULLO DE SER SALVADOREÑO
Todo inicio en un vacío desierto
Donde la arena era lucha y trabajo cierto,
Y el viento, soledad de un gran secreto casi muerto:
El vivir en un lugar incierto.
Hace 39 años, la necesidad rodea a nuestro pueblo sin amén.
Las alegrías, las tristezas, el frío y el calor también
Se almacenaban en nuestro corazón, haciendo vaivén
En una fe sostenida por el Padre Barbaren.
Las estrellas fueron entonces el cobijo
Donde abrigamos el amor que alguien bendijo
Y la brisa fue el alivio para el cansancio y el hambre del hijo
Para quien el agua y la luz sólo era un acertijo.
La organización trajo el orden y el progreso
La solidaridad, el sentimiento de hermandad: y más que eso
El entusiasmo frente a los retos, la creación de un pueblo de peso
Dispuesto a afrontar todo exceso.
Por eso cuando años después llego el terror
E inundó nuestros caminos de muerte y dolor
El miedo, la oscuridad y el reproche fueron el motor
La fuerza para buscar la paz con furor…
Nos mantuvo vivos en el sufrimiento la palabra que un dia
Juan Pablo II nos diría:
¨ Hambre de pan no, hambre de Dios sí ¨, bendición que abrigaría.
Villa linda, mensajera de la paz
Con la mano en el corazón puedo decir que eres capaz
De hacernos sentir orgullosos y felices de vivir en un distrito luchador y tenaz.
Autor: Najarro Estrada Gerson
lunes, 7 de junio de 2010
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